Nuestra fuerza no está en hablar con Dios, sino en nuestra capacidad de escuchar, discernir y reconocer su voz. Esto es clave y fundamental para cualquier creyente que busca hacer la voluntad de Dios y vivir una vida de pasión, poder y propósito.
¿Sabías que tenemos la capacidad de escuchar la voz de Dios, pero no todos poseen la capacidad de discernir y reconocer su voz? Mucha gente que me encuentro a menudo me hacen la misma pregunta: “David, ¿Cómo puedo escuchar a Dios?” Una de las cosas que siempre pregunto es: ¿Eres obediente o desobediente? He aprendido que Dios ama a hablar con sus hijos e hijas obedientes. Eso no quiere decir que él sólo habla a los que obedecen, pero piensa esto: ¿Te gusta hablar con la gente que no escuchan o que actuen como si no lo hicieran? Por supuesto que no! Vamos a empezar a obedecer a Dios en las cosas simples que nos pide y mientras crecemos en relación y la intimidad con Él aprenderemos cómo discernir y reconocer su voz.
Aquí está la lectura completa para hoy y estás en mis oraciones hoy! Tomate el tiempo para escuchar, discernir, reconocer y obedecer la voz de Dios. Tomará tiempo, pero recuerda que el tiempo en la oración es un tiempo bien invertido. Nunca se pierde el tiempo cuando estás orando! Creelo!
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